martes, 17 de mayo de 2011

O'Connor es un expolicía amante de la velocidad que es echado de su trabajo por incumplir las reglas en una misión anterior. Se traslada a vivir a Miami para disfrutar de su pasión: la velocidad, y es entonces cuando es requerido por la policía de esta ciudad para que se introduzca en el circuito de carreras ilegales que están asolando Miami; con esta misión espera redimirse ante sus superiores y así limpiar su expediente. Si comparamos esta nueva entrega con la primera, habría que decir que ésta que nos ocupa es peor que su predecesora: hay menos intensidad en las carreras, menos tensión en una trama que resulta casi incoherente, y menos entretenida. Y es que "2 Fast 2 Furious. A todo gas 2", aunque posea los elementos propios de una película de acción para captar al público palomitero más joven, no logra enganchar lo suficiente con un argumento que contiene una trama policial pasada de moda y muy trillada en el cine (demasiado evidente), unos diálogos paupérrimos, una fotografía que se aprecia pobre, sobre todo en las escenas transcurridas durante el día, unas situaciones ya muy vistas en el cine que agotan al espectador, y unas interpretaciones que dejan mucho que desear. A pesar de todo ello, esta cinta de consumo fácil no engaña y ofrece lo máximo que puede dar: alguna que otra escena de acción trepidante (y de poca credibilidad), coches con una deslumbrante carrocería que alcanzan velocidades de vértigo, música cañera al ritmo del hip.hop y unos actores de buen ver enfundados en unos personajes huecos y lineales, limitándose así sólo a lucir su físico: la exótica Eva Mendes ("Día de entrenamiento"), el atractivo rubio Paul Walker ("Nunca juegues con extraños"), la modelo Devon Aoki que parece sacada de un dibujo animado japonés y el rapero e inexperto Tyresse Gibson que resulta ser lo más sorpresivo e irónico de la cinta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario